Un ministro de Economía de Podemos traería nacionalizaciones y fuga de capitales

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El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (Foto: EFE)

En el caso de que Pablo Iglesias consiga su objetivo de poner a un miembro de Podemos al frente del Ministerio de Economía, el titular de la cartera trataría de imponer un programa muy radical de corte colectivista donde el mercado se convierte en algo a perseguir y el Estado pasa a asumir el control casi absoluto de la economía. Sus medidas estrella pueden traer más parto, impuestos y fuga de capitales; estas son algunas:

Subir el salario mínimo a 800 euros

La figura del salario mínimo supone fijar un precio artificialmente alto para el factor trabajo, por encima del que establece el mercado. Tal como ha demostrado la teoría económica y la realidad de los países donde se ha llevado a cabo, lo que se logra con este sistema es generar desempleo.

La explicación es sencilla: los trabajadores que cobran por encima del salario mínimo no se ven afectados por la subida, mientras que los que están por debajo son despedidos porque los empresarios no pueden o no están dispuestos a elevar el salario de los que no llegan al nivel establecido. Todo aquel trabajador que no sea lo suficientemente productivo para recibir el salario mínimo perderá su empleo.

Rentas garantizadas

Podemos renunció antes de las elecciones a su plan inicial de crear una renta básica universal. Los sustituyó por una renta garantizada de 600 euros para desempleados. Abonar un subsidio eterno a parados desincentiva la búsqueda de trabajo y supone un coste inasumible para las arcas públicas. El ejemplo del PER en Andalucía es un claro ejemplo de ello. Este tipo desubvenciones a fondo perdido, lejos de reducir el paro, lo aumentan.

Otra de las ideas de los “expertos” de Pablo Iglesias es una renta complementaria para todos aquellos trabajadores cuyo sueldo neto no llegue a los 900 euros. La propuesta provocaría que los empresarios descontarán esa parte de los ingresos de los salarios de los empleados peor pagados, de forma que se trataría de una subvención encubierta a las compañías, en lugar de a los trabajadores. Este tipo de iniciativas ya se han probado en EEUU y, de cada diez dólares que se dan a los empleados más pobres, siete acaban en las cuentas de las empresas.

Más gasto público

En un momento en el que urge una reducción del gasto público en España, Podemos plantea elevarlo en 25.000 millones de euros cada año. Esta cantidad equivale a los intereses de deuda que paga España cada año y es superior al volumen total que supone el desembolso de las prestaciones por desempleo.

Aumentar el gasto público en 100.000 millones de euros en una Legislatura no es posible si se pretende tener unas cuentas públicas saneadas. España debe reducir el déficit en los próximos años para lograr el equilibrio presupuestario y este desembolso sólo podría realizarse elevando el endeudamiento y/o mediante subidas de impuestos.

Subidas de impuestos

La reforma fiscal es la panacea que soluciona todos los problemas económicos de este modelo, según reitera siempre que puede Pablo Iglesias. La versión oficial indica que se luchará contra el fraude fiscal y se elevará la presión sobre las rentas más altas.

En realidad, tal como han demostrado las marcas blancas de Podemos tras las elecciones autonómicas y municipales, el objetivo es crear un infierno fiscal, elevando los impuestos a las rentas medias y a las empresas. Todo ello se traduce en un descenso de la renta disponible y en un aumento del desempleo, reduciendo a la larga los ingresos fiscales derivados de políticas confiscatorias.

Reforma de las pensiones

Pablo Iglesias quiere rebajar la edad de jubilación a los 65 años y aumentar las cotizaciones sociales que pagan empresas y trabajadores para financiar la Seguridad Social. La primera de las medidas es inviable en un país donde la pirámide demográfica se ha convertido en un pilar, donde la base se reduce en mayor proporción que crece la parte superior. Esto supone que cada vez hay que cotizar más años, no menos, a no ser que se pretenda la quiebra del sistema de protección social.

En cuanto al aumento de las cotizaciones sociales, este tipo de pagos son impuestos encubiertos al trabajo, cuya subida siempre se traduce en un aumento del desempleo o en una reducción de salarios. En el modelo de socialdemocracia danesa que tanto le gusta citar a Iglesias no hay cotizaciones sociales, ya que la protección social se financia directamente con impuestos.

Nacionalizaciones

Pablo Iglesias, antes y después de formar Podemos, siempre ha defendido las nacionalizaciones de empresas, mostrando su rechazo al papel del sector privado en la economía. Sus sectores preferidos para intervenir son los principales del Ibex (banca, constructoras y energéticas) y su nacionalización generaría la huida masiva de los inversores, entre ellos los nueve millones de españoles que tienen invertida una parte de sus ahorros en estas compañías.

Vivienda Pública

Otra de las propuestas estrella de Podemos es potenciar la vivienda pública. La formación ya no promete prohibir los desahucios por ley, sino que plantea que es necesario potenciar los acuerdos entre entidades financieras y morosos, por un lado, y negociar desde la Administración la entrega de pisos vacíos para crear un parque público. Justo cuando empieza a salir de la crisis el sector inmobiliario, Podemos quiere darle la puntilla desde el sector público.

Discrepancias con el PSOE

El programa económico del Partido Socialista no está situado en un punto tal radical como el del que quiere ser su socio en el Gobierno. Así, en su programa no se incluía, por ejemplo, una partida para una renta mínima, que es uno de los caballos de batalla de Podemos. Eso sí, la subida del salario mínimo que propone supera en 200 euros a la de Pablo Iglesias, aunque no se incluye un complemento salarial pagado por el Estado.

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